Períodos: |
17 de Agosto del 1888 |
01 de Julio del 1892 |
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Ideología: |
Conservador |
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Juan Antonio María
Flores y Jijón nació el 23 de octubre de 1833 en Quito, en el Palacio de
Gobierno, mientras su padre presidía la nación. Hijo del Gral. Juan
José Flores y de Mercedes Jijón y Vivanco, "inteligente, piadosa, culta y
de porte distinguido, que ayudó mucho a su marido en sociedad y con su
prudencia no pocas veces le sirvió de consejera".
Recibió las primeras letras en palacio, luego en Latacunga
asistió a la Escuela de Simón Rodríguez, Ayo del Libertador. De 11 años
viajó a París y lo matricularon en el Liceo Enrique IV, donde aprendió
francés; pero, al año siguiente, cambió la situación económica de su
familia con la revolución del 6 de Marzo de 1845 y debió regresar. En
1847 vivió en Santiago de Chile y envió a la poetisa Carolina Lizardi un
poema de corte romántico titulado "Adiós a la naturaleza" que
indirectamente la incitó al suicidio con veneno. |
En 1860, formó parte de la expedición armada
comandada por su padre y García Moreno y tomaron Guayaquil por asalto.
García Moreno fue proclamado Presidente del Ecuador en 1861 y Antonio
Flores "joven amabilísimo, en extremo generoso, amigo de sus amigos y
muy indulgente con sus mismos enemigos, a quienes trataba con una bondad
que ya pecaba de excesiva" fue enviado a Francia, de Ministro
Plenipotenciario del Ecuador ante la corte del Emperador Napoleón III.
Los cuatro años de su gobierno fueron de paz,
Flores un hombre muy culto y capaz, se esmeró por gobernar con
justicia, se realizaron obras materiales de progreso. Suprimió
el pago del diezmo, fuente de abuso, salió airoso con la Iglesia. En el
fondo era liberal revolucionario como Alfaro, aunque
teóricamente era conservador, formó el partido progresista. Flores fue
rico, ilustrador, católico.
Sus cualidades políticas le valieron la
elección como presidente del Ecuador en 1888, cargo que ocupó hasta
1892 y desde el que impulsó la vida económica del país. Fue también un
notable hombre de letras y escribió numerosas obras, entre ellas El
gran mariscal de Ayacucho (1881), Para la historia del Ecuador (1891) y
La naturalización en los Estados Unidos, bien acogidas en su época.
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